El miedo es un sentimiento de desconfianza que anticipa un peligro, que puede ser real o imaginario.
Habitualmente es una emoción muy útil para escapar o evitar una amenaza, pero en caso de que sea excesivo y esté fuera de control, puede llegar a impedir el transcurso de la vida normal. Es lo que se conoce como una fobia y cuando se agrava, puede dar lugar a la aparición de ataques de pánico.
La respuesta fisiológica del miedo se desarrolla de forma autónoma, es decir, no se activa voluntariamente de forma consciente.
Va acompañada de un correlato físico caracterizado por un aumento de la presión cardiaca, sudoración mientras desciende la temperatura corporal, dilatación pupilar y aumento del tono muscular.