La medicina psicosomática es un campo interdisciplinario que estudia aquellas enfermedades médicas con importante componente psíquico, en la que confluyen factores orgánicos, psicológicos y sociales. Integra diversas especialidades médicas como la psiquiatría, psicología, neurología, medicina interna, cirugía, alergia, dermatología y psiconeuroinmunología. Se dedica por tanto al estudio de todas aquellas situaciones clínicas en las que los procesos mentales actúan como un factor determinante en el empeoramiento de los problemas físicos. Se cree que algunas enfermedades orgánicas poseen un componente derivado de la tensión producto de la vida cotidiana, como sucede en la lumbalgia, la hipertensión arterial, la migraña o el asma, donde el estrés parece ser un serio agravante.
Aunque en la actualidad resulta aún difícil clasificar los desórdenes como puramente físicos, psicosomáticos o somatomorfos, es cierto que los avances médicos cada vez son mayores a la hora de delimitar las distintas causas que influyen en la progresión de una enfermedad concreta. Cada vez existe un mayor consenso en que el esfuerzo por identificar un trastorno médico como puramente físico, psicosomático o mixto, es una cuestión secundaria en la medida en que en casi todas las enfermedades físicas intervienen factores mentales que afectan a su comienzo, presentación, mantenimiento, susceptibilidad al tratamiento y resolución.