Acuéstese boca arriba, con las piernas sin cruzar, los brazos relajados a los lados, los ojos abiertos o cerrados. Concéntrate en tu respiración durante unos dos minutos hasta que empieces a sentirte relajado. Concéntrate en los dedos de tu pie derecho. Nota cualquier sensación que sientas mientras continúas concentrándote también en tu respiración. Imagina cada respiración profunda fluyendo hacia los dedos de tus pies. Permanece enfocado en esta área durante tres a cinco segundos (o más).
Mueve tu enfoque a la planta de su pie derecho. Sintonízate con cualquier sensación que sientas en esa parte de tu cuerpo e imagina que cada respiración fluye desde la planta de tu pie. Después de uno o dos minutos, mueve tu atención a tu tobillo derecho y repite. Muévete hacia la pantorrilla, la rodilla, el muslo, la cadera y luego repite la secuencia para la pierna izquierda. Desde allí, sube por el torso, a través de la parte inferior de la espalda y el abdomen, la parte superior de la espalda y el pecho, y los hombros. Presta mucha atención a cualquier área del cuerpo que te cause dolor o malestar. Después de completar el escaneo corporal, relájate un rato en silencio y quietud, observando cómo se siente tu cuerpo. Luego, abre lentamente los ojos y estírate, si es necesario.
