Algunas medidas inmediatas consisten en limitar el acceso a los métodos, como armas de fuego, drogas, venenos y abuso de sustancias. La supervisión y/o acompañamiento familiar, son acciones muy importantes para reducir el riesgo suicida. En los casos graves es necesaria la valoración por parte de un profesional y puede ser aconsejable un ingreso psiquiátrico. Habitualmente, el tratamiento consiste en la realización de psicoterapia y administración de un tratamiento con psicofármacos que permita reducir el malestar. La psicoterapia pretende analizar las causas y potenciar las facetas sanas del individuo, que le unen a la vida.