El agotamiento laboral termina por provocar una disminución de la satisfacción y la productividad tanto en el trabajo como en la vida personal.
A largo plazo puede aparecer estrés crónico, fatiga mental, tristeza o irritabilidad. En los casos graves puede desencadenar problemas cardiovasculares, aumento de la tensión arterial, diabetes y enfermedades intestinales como el colon irritable o la enfermedad de Crohn.
El diagnóstico de estrés laboral debe ser realizado por un profesional de la salud mental. Si cree que tiene el síndrome del quemado o si manifiesta alguno de los síntomas y ellos afectan su vida personal, puede ser recomendable que consulte a un especialista.