En lo que respecta a las fobias y la agorafobia en particular, ciertos métodos de la terapia cognitivo-conductual como la terapia de exposición in vivo y la inundación, resultan particularmente eficaces para contrarrestar la ansiedad anticipatoria frente a una determinada situación que desencadena el miedo (temor a los espacios públicos, aglomeraciones, miedo a volar...). Habitualmente, ésta forma de terapia resulta más efectiva si se emplean psicofármacos de forma asociada.