LA FELICIDAD.

LA FELICIDAD

A) La felicidad.

Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace. Jean Paul Sartre (1905-1980) Filósofo y escritor francés.

No hay un acuerdo definitivo respecto a lo que significa el término felicidad. En la filosofía griega clásica existían tres planteamientos básicos. El eudemonismo Aristotélico defendía la autorrealización como fórmula para alcanzar la felicidad. Platón afirmaba que la felicidad es un estado que se alcanza después de la muerte. Por último, el estoicismo postulaba que ser feliz es valerse por sí mismo, sin depender de nada ni nadie.

La psicología actual contempla la felicidad como un constructo subjetivo, una fantasía individual qué depende de los deseos y necesidades de cada persona. Está condicionada por cómo se construyó el individuo en la infancia, cuál es su cultura, sus orígenes, sus valores y anhelos. La felicidad es un arduo camino por una escalera infinita que todos tratamos de recorrer, pero la mayoría de las personas desconocen los peldaños que tienen que subir hasta conseguir su objetivo de completar el camino con éxito. En éste artículo analizamos qué es necesario para no sucumbir en el intento o al menos, que es lo más determinante para tener más probabilidades de acercarnos lo más posible al final de la escalera.

B) Factores que limitan el acceso a la felicidad. 


No existe un número fijo de factores que limitan el acceso a la felicidad y hay cierta controversia respecto a cuáles son los más importantes. Sin embargo, la psicología actual si contempla la existencia de trampas mentales que nos impiden ser felices.  Enumeramos a continuación las más comunes:


1) Relaciones tóxicas: No podemos enfatizar lo suficiente, la importancia de desvincularnos de las personas tóxica. Una relación tóxica es aquella en la que la persona con la que nos relacionamos nos genera malestar de forma sistemática, porque abusa de nuestra confianza, mina nuestra autoestima y en esencia, nos maltrata psicológica o físicamente. Es determinante detectar este tipo de vínculos y eliminarlos de nuestra vida cuanto antes. Bajo ningún concepto debemos aceptar que un vínculo íntimo se trasforme en una relación tóxica.


2) La autoexigencia excesiva: El exceso de autocrítica y la autoexigencia desmedida, son difícilmente compatibles con un bienestar emocional duradero. Resulta imprescindible en los casos en que esto ocurre, realizar un autoanálisis a fondo para minimizar éste problema con el fin de aceptarnos a nosotros mismos. El exceso de autoexigencia es una forma de lesionarnos a través de la autopunición. De forma invariable nos conduce a un estado de sumisión y esclavitud, en base a la aceptación de excesivas obligaciones, imposiciones sociales y convencionalismos, que a la postre nos subyugan y alienan. La persecución sistemática de la perfección cómo formula de aceptación incondicional por los demás, no sólo nos aleja de la felicidad sino que además genera gran malestar emocional. El gran salto consiste en la aceptación de la propia imperfección, desarrollando tolerancia para alcanzar un grado de aceptación que nos permita vivir de forma más egosintónica y con menos sobrecarga.


3) La soberbia: El narcisismo excesivo es patológico y conlleva el desarrollo de vínculos desequilibrados e inestables. La soberbia conduce al rechazo social tarde o temprano, en la medida en que provoca gran malestar en el entorno cercano. Ésta actitud, suele ir asociada a la denigración de los otros como fórmula para compensar un déficit profundo de autoestima. El narcisismo desproporcionado se comporta como un agujero negro en el centro del ego, alejándonos cada vez más de la felicidad porque es incapaz de contrarrestar la profunda insatisfacción que reside en el núcleo del yo.


4) El duelo: La atención y el cuidado de los vínculos importantes cómo son los padres, los hijos y la pareja, es determinante para alcanzar un grado de bienestar duradero qué permita soportar la incertidumbre y la adversidad. Sin embargo, la pérdida de los vínculos clave puede suceder en cualquier momento en contra de nuestra voluntad, desencadenando un duelo debido a la muerte de un ser querido. Cuando esto ocurre es importante comprender en qué consiste el duelo, cuánto dura y cómo se alivia.


5) La envidia: La envidia es un sentimiento profundo que todo lo asola. La envidia consume mucha energía y es muy destructiva, porque de una forma u otra nos afecta internamente y se proyecta a los que los rodean. Al centrarse en los aspectos negativos propios y ajenos, genera rechazo y provoca aislamiento al arrasar con todo lo que toca. Aceptar que sentimos envidia y reflexionar sobre cómo eliminarla, es un buen primer paso para avanzar en el camino de la felicidad.


6) La culpa: El exceso de culpa es la principal fuente de ansiedad, depresión y malestar emocional de las sociedades occidentales. Vivimos en un mundo tremendamente exigente con el individuo, al que se le impone la realización de trabajos alienantes, donde la demanda de esfuerzo es desmedida y la manipulación a través de la culpa, es la principal fórmula de control. Aliviar la culpa es una acción decisiva para sentirnos mejor, entender quiénes somos y alcanzar un grado de bienestar emocional superior en la escalera de la felicidad.


7) El aislamiento social: El confinamiento extremo, la pérdida completa relaciones sociales y la soledad intensa, son factores importantes en la aparición del malestar emocional severo. Implicarse en relaciones interpersonales fructíferas, en las que hay intercambio de amor, respeto y cuidados en cualquiera de sus formas, es una acción imprescindible para cualquier persona que quiera encontrarse mejor desde el punto de vista anímico.


8) El insomnio: Dormir mal o dormir menos de lo suficiente, condiciona la aparición de estrés, irritabilidad y malestar emocional intenso. El insomnio crónico es causa de multitud de enfermedades físicas y problemas mentales graves. De una forma o de otra, entender por qué se produce el insomnio y cuáles son sus consecuencias, es básico para poder contrarrestarlo.


9) La avaricia: Un enfoque de la vida centrado de forma exclusiva en el éxito, los logros y la adquisición de posesiones materiales, necesariamente desemboca en la insatisfacción. Plantear la existencia desde la ambición de acumular posesiones, en lugar de priorizar sobre la construcción de vínculos sólidos y satisfactorios, conduce habitualmente a la infelicidad y el malestar.


10) La negatividad: En la sociedad en que vivimos existe una tendencia generalizada a resaltar los problemas y los aspectos negativos de las personas, que resulta contagioso y crea un clima de pesimismo generalizado. La positividad es una actitud qué se debe trabajar a diario, porque pensar en términos positivos ayuda a mejorar el ánimo, hace la vida más sencilla y descongestiona los conflictos.


11) La impaciencia: La mayoría de los problemas no tienen una solución inmediata. La mayoría de las soluciones no se pueden aplicar de forma instantánea. La paciencia es una virtud que se puede entrenar y a la larga, genera muy buenos resultados. Las personas pacientes suelen alcanzar lugares más elevados en la escala social, tienden a estar más agradecidos con lo que la vida les ofrece y suelen desarrollar mejores estrategias para contrarrestar la frustración de la vida cotidiana.


12) La vergüenza: El exceso de vergüenza es consecuencia de la exigencia desmedida, la hipersensibilidad ante la crítica y el temor a ser despreciado. La vergüenza es un sentimiento que se atenúa con la autoaceptación, que pasa por reducir la importancia de lo que los otros piensan de nosotros. La vergüenza surge del temor al ridículo que provoca el fracaso, pero se contrarresta entendiendo éste último como parte del camino del aprendizaje. Es precisamente el hecho de sobreponernos al fracaso y volvernos a levantar, lo que nos hace más fuertes.


13) El miedo: El miedo es una sensación paralizante, difícil de comprender, que genera gran inseguridad cuándo aparece. Es un sentimiento muy limitante, que ha de ser minimizado para alcanzar un grado de bienestar razonable. La lucha contra el miedo ha de centrarse en no luchar contra su aparición, sino aprender a convivir con él hasta que se produce su extinción.


14) El hedonismo: El hedonismo es un espejismo que nos aleja a la larga de la felicidad. El bienestar rápido y fácil a través de las drogas resulta muy perjudicial a largo plazo. Para ser feliz es determinante ser conscientes de nuestros sentimientos positivos y negativos, entender en base a qué se producen y de qué dependen, tratando de conseguir que los aspectos sanos prevalezcan sobre la negatividad. Ese es un trabajo de análisis que lleva tiempo y esfuerzo, por lo que ser capaz de que esos sentimientos triunfen sobre el fatalismo, el dramatismo y la frustración, es una tarea ardua que hay que trabajar en muchos momentos de la vida. La potenciación de actitudes y emociones positivas es una empresa compleja qué hay que potenciar de forma sistemática a lo largo de la vida. Para ello hay que resolver o en su defecto atenuar, el malestar generado por el conflicto psíquico que nos genera la dualidad entre la interacción con los demás y la necesidad de preservar la propia intimidad.