Practicando la visualización:
Cierre los ojos e imagine un lugar de descanso. Imagínelo tan vívidamente como pueda: todo lo que ve, oye, huele, saborea y siente. Simplemente “mirarlo” en su mente como lo haría con una fotografía no es suficiente. La visualización funciona mejor si incorpora tantos detalles sensoriales como sea posible. Por ejemplo, si está pensando en un muelle en un lago tranquilo:
- Vea la puesta de sol sobre el agua
- Escuche el canto de los pájaros
- Huela los pinos
- Sienta el agua fresca en sus pies descalzos
- Pruebe el aire fresco y limpio
- Disfrute de la sensación de que sus preocupaciones se alejan mientras explora lentamente su lugar de descanso.
Cuando esté listo, abre suavemente los ojos y vuelva al presente. No se preocupe si a veces se distrae o pierde la noción de dónde se encuentra durante una sesión de visualización. Esto es normal. También puede experimentar sensación de pesadez en las extremidades, espasmos musculares o bostezos. Una vez más, son respuestas normales sin gran importancia.