LAS CLAVES DEL OPTIMISMO
LAS CLAVES DEL OPTIMISMO:
El optimismo:
No nacemos optimistas ni pesimistas. No somos lo mismo siempre y podemos cambiar nuestra actitud ante el mundo si nos lo proponemos. El optimismo no es algo que algunos poseen porque sí; el optimista no nace sino que se hace. Las personas optimistas son aquellas que se entrenan a diario para serlo y aprovechan sus oportunidades para que la vida les favorezca, sobre todo cuando la situación se torna a su favor. Ser positivo es una tendencia que se puede fomentar, es por tanto una habilidad que es necesario desarrollar.
7 consejos para mejorar el optimismo:
1) "Carpe diem": Aprovecha el momento presente sin esperar el futuro, sobre todo cuando el viento sopla a tu favor. Cuando las cosas funcionan es momento de disfrutar; deja los análisis profundos para momentos de crisis. Puesto que la preocupación permanente por el futuro es inmanejable porque no somos capaces de calcular que pasará y el nivel de incertidumbre resulta abrumador, lo mejor es actuar en el presente conforme a los datos de que disponemos.
2) Analizar los problemas es bueno pero saber parar a tiempo es mejor: Muchas personas gastan sus energías en autoanálisis interminables en torno a lo que podrían o deberían ser. Las cosas son lo que nos toca vivir, no lo que nos merecemos o lo que nos gustaría que fueran. Una reflexión finita en busca de soluciones pragmáticas a problemas cotidianos es la mejor actitud, porque entre otras cosas carecemos del control absoluto sobre nuestras propias vidas.
3) Practicar la autoindulgencia, la autocomprensión y el perdón: El autodesprecio, la culpa y la autocrítica excesiva son muy dañinas para nuestra salud mental. Ser menos exigente con nosotros mismos y con los demás nos conducirá a vivir mejor.
4) Socialización sí, pero lo justo y necesario: El exceso de socialización es tan malo o peor que el aislamiento extremo. La elección en el grado de socialización a que nos vemos expuestos es determinante para obtener un bienestar duradero. La amistad, el amor y la gratitud son la mejor fórmula para vivir más y tener mejor calidad de vida, pero para conseguirlo es importante desarrollar capacidades que nos permitan evitar relaciones tóxicas. Si nos rodeamos de personas que nos cuidan y nos quieren, tenderemos a ser más optimistas y vivir mejor.
5) "Mens sana in corpore sano": El cuidado del cuerpo contribuye a mejorar la salud mental. Una alimentación equilibrada, una buena higiene del sueño y hacer ejercicio regular, son elementos claves para preservar la salud mental.
6) "El que resiste gana": Es muy útil saber sufrir cuando las cosas van mal, pero sin recrearse en el malestar. En los malos momentos es importante recordar que no hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo resista; de modo que la resilencia es la clave. Al fin y a la postre todo pasa, de forma que el que resiste, gana.
7) Sé proactivo para cambiar lo que te molesta: Muchas circunstancias personales dependen de nosotros mismos, de forma que tomar la iniciativa y anticiparnos a los problemas nos ayudará a encontrar soluciones más acordes con nuestros intereses. Asumir cambios para mejorar es sano y tiene sentido, siempre y cuando no nos lleve a asumir riesgos excesivos. Además, las novedades suelen ser una fuente de motivación, sobre todo si están en consonancia con nuestros sueños.
Dr.Ponce, médico psiquiatra
2) Analizar los problemas es bueno pero saber parar a tiempo es mejor: Muchas personas gastan sus energías en autoanálisis interminables en torno a lo que podrían o deberían ser. Las cosas son lo que nos toca vivir, no lo que nos merecemos o lo que nos gustaría que fueran. Una reflexión finita en busca de soluciones pragmáticas a problemas cotidianos es la mejor actitud, porque entre otras cosas carecemos del control absoluto sobre nuestras propias vidas.
3) Practicar la autoindulgencia, la autocomprensión y el perdón: El autodesprecio, la culpa y la autocrítica excesiva son muy dañinas para nuestra salud mental. Ser menos exigente con nosotros mismos y con los demás nos conducirá a vivir mejor.
4) Socialización sí, pero lo justo y necesario: El exceso de socialización es tan malo o peor que el aislamiento extremo. La elección en el grado de socialización a que nos vemos expuestos es determinante para obtener un bienestar duradero. La amistad, el amor y la gratitud son la mejor fórmula para vivir más y tener mejor calidad de vida, pero para conseguirlo es importante desarrollar capacidades que nos permitan evitar relaciones tóxicas. Si nos rodeamos de personas que nos cuidan y nos quieren, tenderemos a ser más optimistas y vivir mejor.
5) "Mens sana in corpore sano": El cuidado del cuerpo contribuye a mejorar la salud mental. Una alimentación equilibrada, una buena higiene del sueño y hacer ejercicio regular, son elementos claves para preservar la salud mental.
6) "El que resiste gana": Es muy útil saber sufrir cuando las cosas van mal, pero sin recrearse en el malestar. En los malos momentos es importante recordar que no hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo resista; de modo que la resilencia es la clave. Al fin y a la postre todo pasa, de forma que el que resiste, gana.
7) Sé proactivo para cambiar lo que te molesta: Muchas circunstancias personales dependen de nosotros mismos, de forma que tomar la iniciativa y anticiparnos a los problemas nos ayudará a encontrar soluciones más acordes con nuestros intereses. Asumir cambios para mejorar es sano y tiene sentido, siempre y cuando no nos lleve a asumir riesgos excesivos. Además, las novedades suelen ser una fuente de motivación, sobre todo si están en consonancia con nuestros sueños.
Dr.Ponce, médico psiquiatra